URUGUAY: ENTRE LA LETRA CONSTITUCIONAL Y LA REALIDAD DEL ENCIERRO
Uruguay abolió la pena de muerte hace más de un siglo y consagró en su Constitución que “las cárceles no están destinadas a mortificar, sino a la rehabilitación”.
Sin embargo, el sistema penitenciario enfrenta una tensión estructural entre esa norma y una realidad que se ha mostrado crecientemente incompatible con los estándares mínimos de dignidad humana.
Con más de 16.000 personas privadas de libertad y una de las tasas de encarcelamiento más altas de América Latina, el país asiste a una crisis que interpela directamente su compromiso democrático.
En el corazón del problema se encuentra la sobrepoblación: más del 40% de las unidades operan por encima de su capacidad y una cuarta parte de los reclusos vive en condiciones catalogadas oficialmente como de “trato cruel, inhumano o d...









