Hace 27 años que Chinita Barrientos trabaja como florista frente al Cementerio Central. Dice que la gente ha dejado las flores naturales por las artificiales y que cada vez van manos al cementerio.
A las 6.30 de la mañana Chinita Barrientos ya tenía todas las flores de muestra en el puesto ubicado frente al Cementerio Central, a la espera de sus clientes. Allí está todos los días, hace 27 años, pero el mejor día sin dudas es el día de los difuntos.
Explicó que no le falta tipo alguno de flor y que hay de todos los precios. Señaló que en los últimos años la gente prefiere las flores artificiales antes que las naturales. Obviamente por la durabilidad.
Consultada sobre la afluencia de público, indicó que año a año es menor. «No se si se ha perdido el amor por los que no están o que», lo cierto es que cada vez menos gente va al cementerio «poquísima, poquísima«, añadió.
Aseguró que hasta que Dios le de fuerzas estará firme vendiendo flores con la misma simpatía y alegría que el primer día.