Hasta siempre mi ángel, guíanos dónde sea que estés, abrázanos en nuestros sueños. Danos la fuerza para seguir, y haz que la justicia se haga, porque así eras, un hombre justo, honesto, sin maldad alguna. Juntos hoy y por siempre. Descansa en paz.
A quien corresponda leer y escuchar lo que tengo para decir:
Somos una familia en este momento destrozada, mutilada que nos han quitado un tesoro más valioso que cualquier oro, riqueza, poder o lo que quieran ponerle valor.
Jamás pensamos (menos yo como madre) que algo tan despiadado, trágico y hasta diabólico nos pudiera ocurrir.
Muchas veces oímos de situaciones familiares idénticas y es muy cómodo y fácil decir: “¡Qué pena!”, “¡Qué horror!”, “¡Pobre gente!” pero era algo ajeno.
Estar de este lado es cruel, no hay explicaciones, no hay consuelo.
Es imposible llegar a entender hasta que te toca en carne propia. Perder un hijo cuando realmente se es padre o madre es la injusticia más grande que existe. Padre no son todos y mucho menos madre, porque una cosa es solo parir y largar al mundo para que se encargue. Ahora… concebirlo con amor, tenerlo, criarlo dentro de un seno familiar con valores, respeto, atención, amor y buenos ejemplos somos pocos.
Amamos a nuestros hijos, y uno ya no está por culpa de una sociedad que marcha rumbo al caos. La inseguridad es tanta que estamos viviendo esclavos de los miedos, a merced de marginales cuya ley protege y los derechos humanos aseguran su protección.
¿Qué es esto?, ¿Con que derecho personas de bien debemos soportar?…
Me pregunto: ¿Será que si margino a mis hijos, estarán protegidos? ¿Les enseño a ser de lo peor para que sean respaldados? ¿Justicia para quién?…
Si mis hijos fueran delincuentes, cometerían delitos, y en lo peor de los casos, irían presos. Pero yo tendría donde ir a verlos, y al salir, los estaría esperando, ¡VIVOS!
Mi hijo no tuvo todo lo que quiso, pero tuvo AMOR, amor infinito, y hoy y siempre lo tendrá.
Solo quiero, POR FAVOR, que quienes tengan el poder de cambiar algo para mejor, para la protección de ciudadanos de bien, POR FAVOR, tomar parte.
Acá no se trata de colores de piel, nacionalidades, banderas o partidos políticos. Acá hablamos de personas, de seres humanos, de gente de bien, y no podemos permitir que haya asesinos monstruosos como personas. NO SE MERECEN EL MISMO TÍTULO.
Yo soy una persona, quien mata NO ES UNA PERSONA, ¡¡¡ES UN ASESINO!!!
Cambien al mundo para mejor y no para que se destruya. ¡CAMBIEN LAS LEYES! ¡PROTEJANOS! Que el mal sea erradicado de las calles.
Leyes más duras para los ASESINOS. Nada me trae a mi hijo de nuevo, sé que esto ocurrió en otro país cuyas leyes son peores aún que las nuestras, pero el amor no tiene fronteras, ¡FUE UN CRIMEN!
Que la muerte de mi hijo no sea en vano, por eso seguiré luchando hasta el final. ¡NO MÁS SANTIAGOS!.
Cuando se modifiquen o creen leyes piensen en quién necesita atención, protección y justicia. SOMOS LAS FAMILIAS DE LAS VICTIMAS, NO LOS ASESINOS.
A quien corresponda: JAMÁS SABRÁN LO QUE SE SIENTE PORQUE SOLO VIVIRLO EN CARNE PROPIA TE HACE SABER EL DOLOR, y no se compara a ningún otro.
¿Qué quieren los que tienen el poder de cambiar las cosas?… ¿Seguiremos siendo buenas personas? ¿O nos volvemos marginales para estar protegidos?.
¡NO MÁS SANTIAGOS! ¡A CAMBIAR EL MUNDO AMIGO, Y QUE LA JUSTICIA NO SEA UTOPÍA!
Ayúdenos a seguir siendo personas de bien, NO PERMITAN que buenas personas sean meras cifras de año para pasar por noticieros.
Esta de hoy en delante y depende del respaldo que tenga; ¿QUIÉN VOY A SER DE AHORA EN MÁS?.
PIENSEN, HUMANIZENSE con quienes REALMENTE nos MERECEMOS, para que NADIE tenga que sufrir esta DESGRACIA, JAMÁS.
NO PERMITAN QUE EL MAL TRIUNFE, Y:
“Para que el mal triunfe, sólo basta que personas de bien, no haga nada”.
Jueves 19 de abril de 2017.
Firman la misiva Adriana Cesilia Maiochi Paz (MADRE) y Walter Tomás Romero (PADRE).