
Portal de Gramado
Partimos desde Artigas, pasada las 16.00 horas de un martes de diciembre. Atravesamos el puente de la Concordia con más de 35 grados. Enseguida, tomamos la ruta BR 293, que une Quaraí con Santana do Livramento. La nueva señalización de la vía y el asfalto -perfecto para viajar en automóvil- indicaba que estabamos en un país que se preocupa por los viajeros.
Nuestro destino era la ciudad de Gramado, a 691 kilómetros del punto de partida. El objetivo llegar al «Natal luz». Pasamos la ciudad de Rosario do Sul, después tomamos la ruta 158 en dirección a la ciudad de Santa María, la que bordeamos. Más tarde, pasamos cerca de Santa Cruz do Sul. El GPS (Global Position Satelital) nos paseó por San Sebastián do Caí, una pequeña ciudad, pasamos por puentes en que solo cabía un auto. Cada vez estábamos más cerca.
En el tramo final, empezamos a subir la famosa «Sierra gaucha», obviamente se recomienda hacerlo de día para apreciar su paisaje, pero nosotros lo hicimos diferente. Era pasada la medianoche cuando llegamos a la ciudad de Nova Petropolis a recargar combustible. No lo hicimos antes porque abundan las estaciones de servicio por todo el camino, pero de repente, no aparecían las estaciones y la aguja que marca el nivel de combustible había bajado considerablemente.
Nova Petropolis era la salvación para no quedarnos en la ruta. De cuatro estaciones de servicio existentes solo una estaba abierta. La ciudad es esplendida, muchas luces, arreglos de Navidad, casas con estilo único. A simple vista, tierra de inmigrantes europeos. Sus calles estaban vacías, era madrugada y la temperatura empezaba a bajar.
Tras recargar, treinta y cuatro (34) kilómetros nos separaban de la ciudad de Gramado. Continuábamos el ascenso por la sierra, contorneando peligrosas curvas. Hasta que las flores azules comenzaban a iluminarse por las luces del automóvil. A cada kilómetro habían más hortencias y más… Es la flor de la ciudad. Por todos lados habían hortencias, hasta que encontramos uno de los famosos portales de Gramado. La madrugada había avanzado, hacía frío y era tiempo de encontrar el hotel y finalmente descansar, pues el día siguiente sería muy movido. Incluso la noche nos obligó grabar el siguiente video al otro día.