La comparsa Kamarr, actual bicampeona del Carnaval de Gualeguaychú trae a la avenida la historia de Tonatiuh, la ascensión del quinto sol azteca.
Con aproximadamente 300 integrantes la agrupación del Club Sirio Libanés de Gualeguaychú representa aspectos de la civilización Azteca. Como todos los pueblos de raíces Nahuá, tenían una cosmovisión construida en torno al juego de tensiones y equilibrio entre elementos; no solo los naturales (agua, fuego, tierra y aire) sino también de carácter humano (principalmente el bien y mal).
Esta visión concibe al universo como un sistema dinámico, compuesto por el juego de causas y consecuencias, donde todos los eventos contribuyen al movimiento y estabilidad universal.
Los dioses que adoraban tenían siempre un lado masculino y uno femenino; y cada uno, sus respectivos opuestos. Esta característica está presente en su concepción del nacimiento y evolución del universo, que separaron en edades, cada una gobernada por un diferente sol. Cada sol se identificó sucesivamente con uno de los cuatro elementos primordiales, alternándose según los opuestos: Tierra, viento, fuego y agua. Cada uno de los soles murió a su turno por la acción de uno de éstos elementos naturales.
El quinto sol, en cambio, fue llamado el sol del movimiento. Vino a representar el elemento humano, el elemento del equilibrio, el eje transversal que unía los diferentes planos místicos de la espiritualidad Nahua (especie de niveles de cielos e infiernos).
Kamarr asume el relato del ascenso de Tonatiuh, el quinto sol, como una forma de celebrar sus ultimas dos victorias en el carnaval de Gualeguaychú por sobre las otras cuatro comparsas competidoras. Kamarr se identifica, asi, con el Quinto Sol; el sol del movimiento, al cual le baila y le canta, y sus integrantes entregan a él su vida, para celebrar el carnaval.