Construir casas y mobiliario para estas con elementos naturales está en auge en el sur de Uruguay, más aun si se hace con barro, elemento y método ancestral por su nobleza.
Francisco Nuñez Da Rosa, es un joven artiguense y del mundo. Hace algún tiempo optó por conocer otras costumbres en Sudamérica hasta encontrar su vocación: la bioconstrucción. Junto a su novia la chilena, Jacqueine Puritach hacen casas de barro y mobiliario de barro.
Nuñez da Rosa dijo que reconoce en su abuelo a su primer maestro en esta arte, porque le enseñó a construir un horno de barro.
El barro es un material de construcción natural, muy noble porque permite desarrollar la creatividad. Es según Francisco, el mejor material por sus características. Absorbe la humedad, mantiene una temperatura agradable en el ambiente y además es de bajo costo.
Para su compañera de vida, la construcción con barro «es una alquimia que reúne todos los elementos, la tierra arcillosa, la arena, agua y paja par conformar la estructura de la edificación».
Las construcciones de barro son muy duraderas, pueden durar más de dos siglos y trabajar con barro genera una transformación espiritual en los individuos que adoptan este método aseguró Jacqueline.
Ambos contaron a clicregional.com que están construyendo mesas y otros elementos para el interior de una vivienda en la que viven.
La ciencia y la tecnología actual permitieron la creación de nuevas técnicas para mejorar las construcciones de este tipo.
Tener una casa de barro no es algo que indique pobreza sino naturaleza.